Un insecticida es un compuesto químico utilizado para matar insectos. El origen etimológico de la palabra insecticida deriva del latín y significa literalmente matar insectos. Es un tipo de biocida.

Los insecticidas tienen importancia para el control de plagas de insectos en la apicultura o para eliminar todos aquellos que afectan la salud humana y animal.

Los ácaros no son insectos y pueden ser inmunes a algunos insecticidas (se eliminan con productos específico, los acaricidas).

En el lenguaje cotidiano este término se utiliza para referirse a los productos que tienen la propiedad de matar insectos y de una forma restringida a las suspensiones en botes de aerosol, o como una crema para aplicación.

Características ideales de un insecticida

  1. Gran especificidad. El producto solo afecta al organismo al que daña, dejando indemnes al resto de seres vivos y al medio ambiente.
  2. Baja toxicidad en humanos. El producto reviste un riesgo bajo tanto para sufrir intoxicaciones agudas como a exposiciones a bajas dosis.
    1. Baja toxicidad para resto de fauna. Se contempla habitualmente su toxicidad para la fauna dulciacuícola y la fauna polinizadora (abejas).
  3. Baja dosis letal. El insecticida es efectivo con poca cantidad.
  4. Bajo coste. El producto tiene que ser barato de bajo costo.
  5. De característica latente El insecticida permanece en el lugar durante un período de tiempo suficiente para interactuar y matar a la población contituyente de plaga a combatir. Pero…
    1. No persistente ni acumulable. Debe degradarse sin producir subproductos tóxicos, es decir no ser persistente ni acumularse en los tejidos de los animales de la cadena trófica tras haber actuado.