Un insecticida es un compuesto químico utilizado para matar insectos. El origen etimológico de la palabra insecticida deriva del latín y significa literalmente matar insectos. Es un tipo de biocida.
Los insecticidas tienen importancia para el control de plagas de insectos en la apicultura o para eliminar todos aquellos que afectan la salud humana y animal.
Los ácaros no son insectos y pueden ser inmunes a algunos insecticidas (se eliminan con productos específico, los acaricidas).
En el lenguaje cotidiano este término se utiliza para referirse a los productos que tienen la propiedad de matar insectos y de una forma restringida a las suspensiones en botes de aerosol, o como una crema para aplicación.
Características ideales de un insecticida
- Gran especificidad. El producto solo afecta al organismo al que daña, dejando indemnes al resto de seres vivos y al medio ambiente.
- Baja toxicidad en humanos. El producto reviste un riesgo bajo tanto para sufrir intoxicaciones agudas como a exposiciones a bajas dosis.
- Baja toxicidad para resto de fauna. Se contempla habitualmente su toxicidad para la fauna dulciacuícola y la fauna polinizadora (abejas).
- Baja dosis letal. El insecticida es efectivo con poca cantidad.
- Bajo coste. El producto tiene que ser barato de bajo costo.
- De característica latente El insecticida permanece en el lugar durante un período de tiempo suficiente para interactuar y matar a la población contituyente de plaga a combatir. Pero…
- No persistente ni acumulable. Debe degradarse sin producir subproductos tóxicos, es decir no ser persistente ni acumularse en los tejidos de los animales de la cadena trófica tras haber actuado.